La prueba del nueve

El timbre sonó y me desperté sobresaltada, cogí el teléfono y lo descolgué, una voz que no reconocí.

-¿Marta?, ¿Marta Andréu?

-Si, soy yo….

Pidió disculpas por la llamada, por mi voz ronca supuso que me había despertado, eran las nueve de la mañana de un sábado de mediados de Abril, yo me había acostado a las mil y no estaba para madrugones, se presento, la que había fastidiado mi descanso sabático era Rosa, una antigua compañera de colegio e instituto, estaba en Madrid por unas gestiones y quería invitarme a comer, intente eludir el compromiso pero consiguió convencerme, quedamos en el lobby del hotel a las 13,30.

-Estoy en el hotel …… de Gran Vía, pregunta por mi.-colgó

Me tumbe de nuevo en la cama intentando retomar el sueño, pero la llamada me había trastornado, ¿para que coño querría verme Rosa?.

Habíamos sido amigas, si pero en nuestra mas tierna infancia, y hacia mas de trece años que no la veía, ni sabia nada de ella.

Una vez perdido el sueño, no me apetecía dar vueltas por la cama, así que decidí levantarme y hacer las tareas propias de mi “sexo”, poner veinte lavadoras, recoger la cocina, limpiar el baño y ordenar el armario de mi habitación, ante semejante expectativa me prepare el desayuno cogí una revista y me puse a leer los artículos de opinión del EP de la semana anterior, naturalmente no hice nada de lo previsto, y cuando fui a darme cuenta eran las once y media, el tiempo justo para darme una ducha ponerme la ropa y salir escopetada al centro.